I'm not living, I'm just killing time.

 -Noches.

 Sería la hora perfecta para muchas cosas. Principalmente, durante la noche, pienso que la mejor opción para matar el tiempo y el aburrimiento es salir, al lugar que se te plazca, al lugar que indique tu primer impulso y que accionar no requiera de mucho pensar. Sólo hacerlo.
 Sería la hora perfecta para caminar. Para escribir y sentir que lo estoy haciendo bien. Para tomarme un helado mientras que me quedo en alguna estación de tren sentada. Para reanimarme imaginándome que la rutina jamás fue algo real y que todo se limitó a mi cabeza, que somos más libres de lo que creo. Para dejar las medidas que cada situación tiene. Para el desapegue de la preocupación emocional. Para que me deje de doler la espalda y que ésta no me haga sentir culpable porque jamás soy capaz de tener una buena postura a la hora de estar en la compu. Para tener una charla.
 No sé a qué viene ésto, sólo tenía ganas de escribir, y la noche me da muchas cosas a pensar, principalmente a imaginar. Me hace proyectar todo lo que me gustaría, lo irreal, lo imposible y lo no tan imposible, lo entretenido, lo que sobra y lo que falta, lo especial y lo típico, etc. La noche siempre fue la hora de la reflexión, pero también siempre me dio la impresión de que te brindaba una buena ocasión totalmente propicia para el pensamiento, pero allá afuera, más allá de tus cuatro paredes.
 Debe ser que reina más el silencio durante éste momento del día que a la tarde o a la mañana, donde se amontonan todos y todo está más lleno que la mierda. Debe se las oscuridad que te da el pie a ampliar la mente, a sentir nostalgia, a la reflexión infinita, a auto-culparte o a remontarte a alguna época que hubieses preferido que no exista jamás. Tal vez porque a veces aparenta la eternidad...esa eternidad que se prolonga para no retornar a tus responsabilidades. O quizá porque soy lo suficientemente jóven como para amar la noche antes que el día. Por ahí todo junto.
 Hay catarsis, quizás llantos, sonrisas imprevistas, pensamientos que tienen tanto nivel de imposibilidad a la hora de ser reales que parecen hasta infantiles. No lo sé. Es una gran y enorme diversidad que varía. Pero dentro mío, en mis propios pensamientos y en mis claros deseos, todo es demasiado tonto, porque en algún punto estoy acá...mientras que muchas de las cosas que imagino en este horario están allá, bastante lejos, ajenas a mi cercanía y muy boludas sin las analizo dos segundos. Después duermo, pasan las horas en las que me doy un respiro, luego retorno al día, y el sol trae muchas cosas que preferiría no volver a ver.
 Debe ser la edad.