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domingo, 18 de abril de 2010

Este es el momento en el que ya nada me importa, en el que nada vale, en el que todo me toca de mala forma, en el que la vida se torna una poruquería, en la que no le encuentro el sentido a absolutamente nada.
Ahora siento una necesidad enorme de escribir, de contar, de hablar.
Después de estos dos años y medio de desconfianza y baja autoestima, me doy cuenta de que todo lo que hace un tiempo creía que era, y no confirmaba, es real. Al fín sé como es la vida en realidad conmigo, como me trata, cuanto me quiere la gente. Sí, estoy completamente conforme con la forma en la que me quiere la gente, su forma de querer... la valoro, y mucho, pero hay algo que me sigue haciendo sentir vacía, sin nada, me siento patética, absurda, y FUERA DE LUGAR.

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Cansada de remar donde no hay agua.