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domingo, 8 de noviembre de 2009


A veces, las pequeñas cosas que uno iba juntando, aquellas felicidades, aquellas palabras, se caen, y se van perdiendo; como si fuera una pequña canica, que se ah caido al piso, y ah salido rebotando, escondiendose en lugares oscuros, misteriosos. Esas cosas que hace un tiempo se han perdido, me han causado dudas, me han llamado por mucho tiempo, pidiendome a gritos que las valla a buscar nuevamente, y siga mi camino con ellas.

Pero no era algo tan fácil. Encontrar lo perdido, algo que habías buscado por tanto tiempo, y que cuando lo conseguiste, poco te duró, es dificil recuperarlo.

Yo creo que es porque las cosas pasan una sola vez en la vida; como dicen muchos.

A veces, hay cosas que son mejor perderlas que tenerlas. Eso, justamente eso, fué lo que se me cruzó por la mente cuando estaba intentando encontrar aquello que se me callo...

¿"Que se me calló"? ... No, al final, me dí cuenta de que no era algo que se me calló, es algo que se termino, y que si se termininó es por algo, y que esas cosas, supongo yo, quizá no eran para mí, no eran para mí bien.

Así que hay que dejarlas en plena libertad, agradecerles por avernos hecho vivir una expriencia, por haber depositado en nosotros una enseñanza, y luego decirles "Adiós".

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Cansada de remar donde no hay agua.