I'm not living, I'm just killing time.

Dedicado al pasado.

Perdí la cuenta de cuántos días a lo lejos han quedado,
son recuerdos tan eternos que nunca se me esfumaron,
ni se escaparon de mi mente la cual sigue en persistencia,
de no corromper las reglas del tiempo sólo por abstinencia,
de volver a los días más insólitos de mi vida,
que sé que no retornan por mucho que lo pida.
Si el presente es eterno, ¿por qué no lo son los momentos más preciados?
los llevaría, esté en el cielo o en el infierno,
aunque mi camino de vida resulte recortado.
¿Qué hay allá a lo lejos que destierra de mi transcurso todo aquellos sucesos?
¿qué existe unos pasos adelante que me aferra al interminable proceso?
que consiste en tener los pies en la tierra y sentir lo de antes calándome los huesos,
pero aunque sea quien siempre yerra caminaría aunque el pasado sea un exceso.
No espero las noches para ahogarme en el lamento,
no me regocijo en los reproches que hice en aquellos momentos,
espero que no se derrochen esos buenos sentimientos,
sólo espero que se abrochen firmes a todos mis pensamientos,
y que, concisos, recuerden todo lo que hice,
que si pude o no pude, yo sé cuánto lo quise,
añoré y lo sostuve más allá de los deslices,
el pasado está allá en las nubes, pero en la tierra echa raíces.
Lo que tiene antigüedad logra ser interminable,
me va a acompañar hasta en las horas más inestables,
me va a recordar quien fui y lo que viví sin ser amable,
porque su libertad para estar acá adentro es ilimitable.
Hoy volví al tiempo, recordé caras conocidas,
las que se transformaron, desaparecieron, pero son de esas que no se oxidan,
me acorralaron, o me quisieron, o me dejaron consumida,
siguen ahora, o sólo fueron, e igual hoy estoy reconstruída.
Yo no vivo existiendo bajo las paredes de lo que fue,
fueron mis lecciones que después de concluídas las guardé,
en mi mente fue definida la decisión de tenerle fe,
a las alegrías del pasado con las cuales me eduqué.