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jueves, 9 de mayo de 2013

Voy a morir,
intercalada en tu nuca,
mientras nunca se escucha
lo que quiero decir...
Sabré de conversaciones inventadas,
de escenas mal armadas,
que en memorias conjugadas ya se quieren escapar...
mientras pienses lo que nunca me quisiste explicar,
aunque mi tiempo haya expirado hace rato,
prometimos estar bien en forma de pacto,
y aunque intentes taparlo, a mi mente no vas a callar.
Dando por hecho que los días vuelan como hojas,
y que en tu mirada se posa
la absoluta inestabilidad,
cuento con palitos con lo que el tiempo no arrasa,
y me voy para tu casa,
a ver si puedo llorar.
No es por desolación, pero estoy mirando hacia la esquina,
para esquivar el triste hecho de que no vivís en mi,
y tu presencia contamina.
Enrrolando los candados que jamás cierran ideas,
incrustada entre lo iluso, como si luchara contra la marea,
mi mente se apena por no podértelo decir,
sabiendo que la promesa que alguna vez explicaste nunca la pudiste cumplir.
Tal vez no quieras hacerme el gran favor,
de convertirte, por este día, en un recuerdo mejor,
así no lloro entre risas, y me apuro que la brisa
me pide un rato tranquilo, mientras pienso muy deprisa.
No es un freno el que me frena, es la pena que trascendió,
a veces deseo dormir muchas horas e imaginar que esta angustia jamás
existió.



1 comentario:

  1. "y aunque intentes taparlo, a mi mente no vas a callar."
    Me encanto :)

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Cansada de remar donde no hay agua.