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lunes, 6 de diciembre de 2010

Me senté en un arcoiris y despedí a la tormenta más oscura y triste de todas, para empezar a vivir el cielo despejado sin problemas. Por los prados corrí, y hasta las nubes logré subir. Adorné el sol con tus ojos, y al cielo le regalé un poco del color con el que pintás mi mundo. Pegué un grito al cielo en el que cada palabra quedó grabada en las nubes. Volé con la melodía que me transmitía tu voz y llegué hasta la luna. La felicidad me instó a llegar a las estrellas y cantar al ritmo de la lluvia.  Caminé hasta el alba y ahí escribí tu nombre. Escalé hasta la montaña más alta y desde ahí llené de sentimientos el cielo mientras mi alma se reía a carcajadas. Le quité las agujas al reloj, le quité el tiempo para no temerle al futuro ni ansiar nada, y así disfrutar del presente. Te tomé de la mano y me reí de mis miedoshumillándolos y desterrándolos de mi vida. 






























Fuí así de feliz cuando te conocí. Así me sentí yo.

4 comentarios:

  1. Ay bonita.. ay ay ay..
    como te entiendo.. tenes un dolor y es agrio porque terminaron "bien".. es agridulce, pero mas agrio que dulce.-

    Un abrazo, de los copados.. de esos largos (:

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  2. me encanta esta fotoo!besos!!

    www.zscloset.blogspot.com

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Cansada de remar donde no hay agua.