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jueves, 25 de noviembre de 2010

Vos, marcado en mí, para toda la vida.
 Sos el aire que respiro y la mano que me levanta después de cada caída. Mi camino, mi felicidad, mi sonrisa, mi alegría. Mi luz, mis ganas. Mi fuerza, mi voluntad. Mi sueño, mi fantasía, mi eterna irrealidad, mi ilusión. Mi necesidad, mi adicción. Quien habita mi mente. Un milagro. Eso que tanto quiero, que tanto necesito, que siempre soñé. Parte de mi vida. Quien me mantiene en pie. Quien me salva con sólo una palabra. El que le dá color a un día gris. El que sabe como hacerme sentir mejor. Con la facilidad de destruírme o hacerme feliz en un segundo. En lo profundo de mi alma, en el exterior de mi ser, en mis buenos días, y en los malos también. Protagonista de cada sueño. Mi suerte. Quien me salva de la oscuridad constantemente. Quien me dá eso que siempre quise. Lo fundamental en mi vida. Lo más dulce que existe. El que, cuando estoy enceguecida, me guía. El que me completa. 

4 comentarios:

Cansada de remar donde no hay agua.