.


martes, 2 de noviembre de 2010

Para no volver más... y olvidar que te ahorcan las dudas. Irte lejos y pensar que lo que ayer te sofocaba hoy está en otro lado. Y mirás lejos y sentís que estás dejando una parte tuya donde pertenece. Y estás dejando la mitad de tu alma ahí. Y te vás, por que sentís que no podés cargar con tanto. Te vás porque tu mente no se despeja estando en un lugar en el que la presión se siente tanto. Por que tu cabeza se llena de ideas, de pensamientos, y se mezcla todo, y las dudas te bombardean. Entonces es ahí cuando querés un tiempo y querés dejar todo. Querés soltarte de las preguntas. Querés dejar estar atada a un mismo lugar. Y decís "ya no más" con la voz cansada y con dudas que te consumen de a poco.
Por que te sentís esclavizada a tu inseguridad. Por que te acompaña en cada momento. Por que así no se disfrutan las cosas. Por que tus soluciones nunca son efectivas y el miedo jamás desaparece. Y aunque quisieras y sintieras que tu lucha es enorme, nunca es lo suficientemente grande como para derrotar tus confusiones. 
Soltate y dejate ser. Y aunque la cabeza no aguante tu espíritu no muere. Y aunque sientas que no podés permanecer bajo presión por demasiado tiempo, las confusiones un día desaparecen.
Quizás la esperanza, a simple vista, parezca ya marchitada, pero en el fondo siempre queda tu voluntad, tus ganas, tu esperanza y tu sonrisa. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.