Hate.

Odio. Quizás sólo odio tener que mandarme cagadas siempre. Quizás odio ser así de boluda con la gente. Quizás odio mi carácter y me cuesta horrores cambiarlo. Quizás odio necesitar tanto. Quizás odio verme al espejo. Quizás odio mi sonrisa. Quizás odio mis nervios; que siempre que pueden me juegan en contra. Quizás odio no poder darle a la gente lo que se merece. Quizás odio no ser lo suficientemente buena para las personas que me rodean. Quizás odio fallarle a la gente. Quizás odio ser esto y no llegar a cambiarme.
No, no es un "quizás", es un "sí, odio".
No puedo evitar tener este mal humor de mierda. No puedo evitar cagar las cosas siempre que puedo. 
Sí, otro viernes de mierda. Me equivoqué de nuevo. Le fallé a la gente. Fuí e hice lo que no debía. Me equivoco, siempre. Cada viernes la misma mierda. 
No puede ser. No puede ser que nunca pueda cambiar ningún puto aspecto de mí. No puede ser que tenga este carácter. No puede ser que cague al resto por problemas míos.
Me odio, sinceramente. Me siento la mina más pelotuda del mundo. 
Quiero rebobinar todo. Y cambiar, cambiarme. Ser otra, con otro humor. Quiero tachar esa sonrisa fea, esa sonrisa de mierda que tengo. Quiero cambiar mi cara. Quiero comer y ver unas 20.000 pelis de terror y drama. Quiero un colchón y una almohada. Quiero, quiero, quiero... yo quiero cambiar. Y quiero reparar mis errores. Quiero dejar de sentirme así. Quiero poder decir que de una puta vez las cosas me salieron bien. ¿Es mucho pedir? 

[Gracias a Magalí por acompañarme tanto. Por entenderme, por dar infinitas vueltas a manzana puteando a todos y todo; entendiéndome como la mejor. 

Gracias a ella y a todos los que se preocuparon por mí. Sé que a veces hago cualquiera. Les pido perdón. Perdón, perdón, perdón millones de veces.]

Sé que nadie vá a leer esto. Solamente quería desahogarme. 


Chau.