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jueves, 16 de septiembre de 2010

Te necesito. ¿Dónde estás? Para curarme las heridas, para hacerme sentir querida, para sacarme una sonrisa, para secar de alguna manera mis lágrimas, para extirpar el dolor. ¿Dónde estás? Para que este mal momento que estoy pasando sea sólo un recuerdo. ¿Dónde quedaste? No sé. Te perdí. No te veo. Es niebla, es dolor, es miedo. Me consume el mal humor, ¿y dónde estás? ¿dónde te metiste? Vos que siempre sos tan oportuno, hoy ¿dónde quedaste? Yo te siento en la nada misma, y me veo a mí en el abismo. Quizás te aburras, o te canses. Ya ni me toleres. Quizás realmente no estés disponible en este momento. Sólo sé que tu ausencia, por más corta que sea, me mata por completo. Y esta euforia que hay adentro, hoy nadie me la saca. Ni él, por que no está. No sé donde se metió, a donde se fué, ni porqué.
No entiendo nada. Estoy tan dormida, tan enojada, tan agotada de todo. Estas cosas me desgastan. Ser quien soy me desgasta. Desespera el hecho de sentirme así. De querer dejar todo atrás y olvidarme de mis penas, mis malos momentos, mis gritos, y las cosas del resto que me ponen tan demente.
Necesito urgentemente un viaje a otro lado. Quiero despejarme. Necesito respirar un aire que no esté contaminado.  
No puedo más.
¿Cómo encaro el colegio mañana? ¿Con qué cara? Me banco la prueba, que no estudié porque la verdad es que no le encuentro utilidad a la poesía. Me banco lo de fracciones aunque le puedo decir a la profe que como era el día de naturales me olvidé de llevar las cosas de matemáticas. Me banco inglés y sus mierdas. Soporto a la boluda de educación física. Y así me paso todas las horas pensando en qué hacer, en como seguir, y cruzar los dedos porque las cosas cambien, ¿no? 

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Cansada de remar donde no hay agua.