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domingo, 29 de agosto de 2010

Todo está archivado.

Aunque quiera olvidarme, dejar todo, desaparecer, terminar, borrar, modificar, no me sobra fuerza de voluntad. Por que quizás ya sea mucho cansancio, pocas ganas, miedo, inseguridad. Por que el miedo a fracasar lo tengo desde chica. Por que la inseguridad es mi compañera. Por que la desilusión me dejó muchas heridas, que no hacen que la vida me dé miedo.
Me dá miedo sentir, vivir, seguir, caminar. Me dá miedo ser yo misma. Me dá miedo ser olvidada.  Me dá miedo seguir. Le tengo pánico a la gente, a mi alrededor.
Yo pude sentir como todo se derrumbaba. Yo distorsioné mi imagen y me cambié. Yo hice llorar y lloré. Sentí frío y calor a la vez. Me perdí entre mis confusiones. Me designé a todo. Renuncié. Y traté de olvidar todo. Pero fuí aprendiendo que cada cosa archivada en mi cabeza no me deja. Ese pánico que sentí y todavía siento va a ser un recuerdo algún día, pero nunca parte del olvido. Cada cosa, cada momento, cada palabra, cada gesto, cada mirada... todo parte de algún archivo del pasado. Todo queda en la memoria para no ser olvidado; nunca jamás ser olvidado. 
Quizás por que aprendo. Quizás por que ayuda. Quizás por que es parte de la vida.
Todo parte de la vida. Que agobiante. Que idiota decir que todo lo que pasa es porque la vida es así, o porque cada cosa es parte de la vida.
Quizás sea una explicación practica. Quizás sea porque es la verdad. Quizás porque, aunque suene redundante, es algo que sí o sí se tiene que entender.
¿Entender? Bien, trato de entender día a día lo que me toca vivir. Supongo que la vida se trata de saber entender, procesar, caerse, levantarse y seguir. 

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Cansada de remar donde no hay agua.