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martes, 6 de julio de 2010

A veces es complicado entenderse a uno mismo.
Yo no me entiendo, por ejemplo. Creo que doy vueltas en seguida, cambio de opinión bruscamente. Soy rara, soy indecisa. Soy indescifrable. Creo entenderme, cuando, finalmente, me doy cuenta que estoy en una realidad paralela a la que vivo, que mis pensamientos ahora cambiaron, y yo me quedé varada en otro tiempo, con otras ideas. Soy así de cambiante, poco puedo entenderme, o a veces puedo ser la única que se entiende. 
Lo que creo que nunca voy a entender, es mi forma de ver la cosas, y verme tan perdida en distintas situaciones.  De ver que cambié de opinión. No voy a entender como soporto a la gente que cambia de ideas como yo, por que, no me soporto; no puedo soportar a gente que tiene comportamientos similares a los míos, o los mismos. No puedo caer cuando una nueva realidad llega. No puede entender cuando recién me di cuenta de que hay cosas que pasaron. No puedo caer cuando dejé de querer, cuando empecé a querer, cuando empecé a necesitar y cuando dejé de necesitar.
Estoy demasiado cansada como para entender qué estoy escribiendo, y como para intentar descifrar que le pasa al resto de la gente. Ni si quiera sé si lo que acabo de escribir tiene sentido.
Chau.

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Cansada de remar donde no hay agua.