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domingo, 18 de julio de 2010

Vacaciones...¡al fin!

Así empiezan las vacaciones de invierno: un poco con mal humor, con sonrisas, con miedos, con muchas ilusiones, con ganas, y a la vez con no-ganas.
Una vacaciones un poco feas, con el cielo amargado, con el viento bien helado, con un frío que te congela. Pero son vacaciones al fin y al cabo, ¿no? Y hay que tratar de disfrutarlas lo más que se pueda.
Por que no me voy a levantar a las 7.00 de la mañana, no me voy a acostar a las hora que dictamine mi vieja (00:00), no voy a tener tarea, pruebas, no voy a sufrir estrés/depresión por que los maestros me odian y se dedican a hacerme la vida imposible, no me voy a ir caminando siete cuadras para sufrir los 2 grados matutinos, no me voy a morir de frío en el patio del colegio, no le voy a ver la cara a la directora más amargada en toda la fas de la Tierra, no voy a soportar las ecuaciones, y tampoco a la maestra de matemáticas y su voz de pendeja idiota sin experiencia, no voy a ir a tecnología fingiendo que tengo ganas de trabajar cuando lo único que hago es mover algunas cosas que hay en la mesa cuando la profesora pasa cerca mío, no voy a soportar las idiotas charlas de la mestra de plástica que se cree que es la reencarnación de Picasso y que puede lograr que seamos unos pequeños artistas (patético) creando proyectos inútiles que no nos ayudan a nada más que a comprometernos cada vez un poco más con su estúpida materia, no voy a vivir escándalo tras escándalo, intentando defender a mis compañeros y mis opiniones sin tener que terminar en la dirección, o acumular odio en los profesores, no van a existir chismes de cuarta que generen problemas y nos conviertan en unas nenas de 9 años peleándonos por nada, no me voy a bancar al idiota de mi compañero, Matias, molestando y preguntando como se divide por dos y qué significa "hello" en inglés con sus malditos 14 años de edad y su mente totalmente vacía, no va a estar Giuliana para complicarme la vida con sus constantes cagadas y promesas falsas, no va a existir ese sueño en el medio de la tarde que me obligue a tomar una siesta de tres horas aunque no lo quiera, no me voy a amargar. Sí, todas esas cosas (y más) me pasan en el colegio. Por que cuando sos una nena de doce años que se cree haber vivido miles de cosas y que cree tener idea de lo que son las responsabilidades, todos están en tu contra y la vida nunca te sonríe. Ningún adulto te escucha, te defiende y/o te entiende. Por que son todos unos tremendos orgullosos que, aunque sepan que están equivocados, nunca se van a hacer cargo de sus errores y siempre vamos a tener la culpa nosotros (eso sí que es verdad, no me lo nieguen).
Pueden llamarme dramática, caprichosa, histérica, soberbia, y puedo serlo, pero, cuando siento que algo es injusto y lo defiendo hasta las últimas concencuencias es por que, realmente, es algo injusto. Y voy a seguir sosteniendo que los profesores no tienen ni la menor idea de lo que generan en los alumnos, que las ecuaciones no sirven, que la geometría está para estudiarse aparte, que no es necesario analizar una oración y otras cosas más.
Simplemente hay cosas del colegio que hartan, molestan, aburren, estresan. Y por eso, estas vacaciones (bastante cortas para mi gusto) son un milagro.

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Cansada de remar donde no hay agua.