Tuesday, 13th

Estoy tan amargada. Me siento super aislada, y no sé por qué. Me agarró un ataque de mal humor: todo me molesta. Me molesta que nadie me hable en el msn, me molesta que en el Facebook todos se publiquen cosas y a mí no me aparesca ni una notificación. Me molesta estar acá. Odio el frío, me amarga más. Odio que sea martes, la semana recién empieza. No sé, odio todo. Odio este día. Odio ir al colegio. Quiero escribir y no sé sobre qué. Quiero desaburrirme y no sé como. Quiero tener valor como para enfrentar las cosas y decir: "no todo en la vida es como uno quiere, conformate". Estoy cansada, tengo sueño, pero no quiero ir a dormir. No quiero dormir horas y horas, y después a la noche no poder dormirme. No quiero nada, sólo quiero irme a un lugar donde haya calor, amor, y, no sé, algo, alguien. Quiero dejar de quejarme y callarme. Quiero resistir. Odio el invierno, simplemente es odioso, no es aceptable en mi vida. Quiero dar una vuelta, salir, pero no, hace frío, soy demasiado friolenta, además, estoy cansada, no quiero caminar, quiero quedarme quieta, en el medio de la calle, escuchando música... ¡otro problema! no tengo mp4 (nota mental: ahorrar y mandarlo a arreglar, urgentemente). Genial, alguien más a quien odiar: a el maldito señor que me tuvo esperando un mes y medio para darme el mp4 roto y de paso, romper mis ilusiones. Sí... ¡te odio! Y odio el mal humor de mi mamá. Odio que tenga cara para hablar mal de mi papá en mi cara. Odio que mi abuela me diga "Decile a tu mamá que la cocina es más importante que yo". Odio que mi hermano sea egoista. La puta madre, como odio, cuanto odio. ¿Por qué? No tengo idea, estoy demasiado bajoneada como para pensar en eso. ¿Algo más? ¿te querés matar? No, no llegué a eso todavía, mi mente no es tan macabra. Bah, sí. Es macabra la idea de cortarse por crisis; eso no me importa. Me importa esto que me pasa ahora: estas ganas de irme, estas no-ganas de estar, esta desesperanza, este cansancio. Odio sentirme tan estúpida...¡pero soy estúpida! no me puedo engañar. Como dije antes, tengo que enfrentar la (puta) realidad, y vivir, y ser, y estar, y seguir mi camino, pretendiendo ser alguien, esperanzada. Viviendo la vida con una sonrisa, dandole amor a todos, ilusionándosme, por más que termine llorando por que me ilusioné bastante. Sí, así, teniendo que odiar tanto el día martes...¡Ah, claro! No me percaté de algo: hoy es MARTES TRECE ¿Quién diría que este día sería tan mierda? Es decir, "hay que tener cuidado" por que "da mala suerte". Y justo esa mala suerte viene a caer sobre mí, como si tuviera poco, ¡como si tuviera poco! 
Y me siento fracasada por fallar en el intento de sentirme bien. Me siento una vieja de 90 años que vive sus días con amargura. Juro que no quiero hacerlo, sólo siento que todo se torna una porquería.