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jueves, 17 de junio de 2010

No veo normal a su lado, ni al lado de absolutamente nadie. Cuando estoy de alguien que es bueno en algo, me siento la persona más insignificante, la menos merecedora de estar en determinado lugar, o estar rodeada de cierta gente. Y nadie me hace cambiar de opinión. Tengo ésta sensación, ésta imagen... ¿distorsionada? de mí. Quizás no sea la correcta, quizás no deba hacer lo que hago, ni debería haber hecho todo lo que hice. Quizás no tendría que pensar todo lo que pienso, pero así soy, así lo hago, no lo puedo cambiar. Y eso angustia más. Como muchas veces dije, no soy infeliz, pero tampoco estoy feliz. No puedo catalogarme como una chica depresiva, ni como una con un estado de ánimo normal, ni como una optimista, que todo lo vé con buena cara y/o es felíz. Y no puedo pretender ser de esas personas que tienen una emoción, un estado de ánimo determinado, por que soy totalmente cambiante. Mientras que mis cambios avanzan, mis ganas por cambiar esto que suspendido sin poder continuar su carrera. No sé que hacer. No me siento orientada. Por momentos estoy desesperada, y por momentos no me preocupa estar suspendida en la nada misma sin saber qué, quién y/o como soy. ¿Lucho por eso? No tengo ganas de intentar encontrarme a mí misma, es absurdo.

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Cansada de remar donde no hay agua.