
Siento que el cielo se me cae, y están para evitar ese pensamiento. Quizás no me estén hablando, no los vea, pero siempre están en mi mente y en mi corazón. Viven presentes ahí, para recordarme que vivo por ellos. Me recuerdan que soy, y que por sobre todo sigo viva, y puedo seguir haciéndolo. Me recuerdan que sólo dependo de una sonrisa, una mirada, o un "hola" para estar bien. Me recuerdan que todo tiene su lado bueno. Me desconectan del caos. Me dan ganas de ser algo, alguien, de luchar, de mejorar, de resistir.
Valen todo en mi vida, y me marcan siempre. Y si no estuvieran en mi camino, la vida sería la nada misma. Mis días se ennegrecerían cada día más.
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Cansada de remar donde no hay agua.