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sábado, 22 de mayo de 2010

Ahora me empiezo a preguntar si alguna vez logré superar tu partida. Me pregunto si simplemente me engañé a mí misma, me dije que todo estaba bien, y que él se había marchado de mi vida para siempre. Y la verdad es que él nunca se fué, el siempre estubo, siempre presente. Vagando por mi mente como un fantasma, esperando el momento indicado para volverse una obsesión nuevamente. Y ahora me pregunto porqué fuí tan ilusa, tan ingenua. Siempre quice creer que le gané a mi obsesión, pero no, yo nunca gano, y menos en el amor. No puedo contra mis debilidades.

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Cansada de remar donde no hay agua.