.


miércoles, 28 de abril de 2010

Sorda: para no escuchar cuando el mal está por venir, para no desesperarme de ante mano, para no escuchar los comentarios que me traen dolor, para no escucharme, para nunca despertarme por sonidos de otras personas. Sorda para nunca escuchar de dónde viene el dolor que me sofoca, para no odiar.
Ciega: para nunca ver, nunca saber cómo, en dónde. Ciega para así nunca tener que olvidar absolutamente nada. Ciega, para que esos días de dolor no sienta que estoy en blanco y negro, simplemente no sabría cómo son. Ciega para enamorarme más fácilmente, para no distrerme.
Muda: para no contar, no ofender, pasar desapersivida. Muda porque quiero no ser parte de ninguna pelea.
Ser sorda, ciega, o muda fortalece el alma, la proteje, y a la vez sensibilisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.