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lunes, 12 de abril de 2010

Desiluciones... ¿de qué se tratan?
Podría decir que de muchas cosas, de muchos sentimientos.
La desilución es complicada, cuando llega el momento de la desilución uno no tiene mejor cosa que ponerse triste.
¿Qué es?
Uno sueña, se ilusiona, uno espera que las cosas sucedan de determinada manera, la manera en la que queremos que suceda, uno se ilusiona con que dirán lo que uno quiere escuchar. El problema es que el que se ilusiona demasiado sólo cree que pueden suceder esas cosas que tanto se decean, que no hay otras opciones, otras cosas que puedan suceder, sólo existe la que queriamos. No sabemos ver, en ocaciones, no sabemos ver más allá de nuestros deceos, entonces armamos una historia, un "cuento", una ilusión. No siempre las cosas son como queremos que sean, así que, obviamente, la ilusión, el deceo, era tan grande, creíamos que iba a suceder, estabamos seguros, no vimos bien, no supimos pensar bien, y terminamos mal. Las ilusiones se rompen, se terminan, las iluciones te demuestran la realidad, lo contrario a tus deceos, eso es la desilusión: una ilusión rota, a la que le quitamos todas las esperanzas. La ilusión es un suceso que lo disfrazamos nosotros, que nosotros decidimos qué disfráz ponerle, y simplemente creemos que es así, cuando no lo es.
A veces nos juegan en contra los sentimientos: creemos poder, o que vamos a llegar a vivir algo, con alguna persona, o, cualquier cosa que tenga que ver con el amor, y no es así, es lo contrario.
La desilución acaba con las esperanzas, como dije antes: es la realidad, muestra esa realidad que no queriamos ver, que nos forzamos para disfrazarla.

1 comentario:

Cansada de remar donde no hay agua.