.


martes, 23 de febrero de 2010

Algún día acabará.


El Sol se esconde muy temprano en mi vida. No, no existen salidas, no veo nada más que un gran cielo oscuro. Las estrellas no están, hace mucho que no las veo. Las tormentas son cotidianas.

Un día pude elevarme hacia las nubes, y allí ví cada parte de mi mundo: lleno de ira, caos, dolor, peleas. Era algo nunca visto. Entendia porque todo era como era, por que el Sol sólo estaba dos horas allí. Siempre un manto oscuro me cubría. No, no era algo temporal.

¿Quién comprende lo que es vivir los día en completa soledad? La tristeza que uno vive en algún momento, nunca es suficiente como para saber lo que siento.

Mucho enojo, una locura que no tiene límite... allí está todo lo que uno nunca se imaginaría.

Los mundos son cambiantes, los Soles y las Lunas también; el aire siempre es diferente, y supongo que por eso mismo, en lo más profundo de mi alma, hay alguna esperanza, que no se ah quebrado aún, esperando un poco de libertad, de amor.... quizás las cosas se tornan complicadas, y difíciles, y no veo nada por la oscuridad que me evade, pero sé que nada es para siempre. Puede terminarse esto, o me puede consumir esta situación, antes de que todo haya terminado, y no viva para contarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.