.


lunes, 7 de abril de 2014

  Tenía tantas ganas de dormir, un deseo incontenible de suspirar. No sé bien qué encontraba o dejaba de hallar después de tantos periodos insulsos o demasiado alocados para mi cabeza. Quizá, a lo lejos, quien miraba indiferente sentía que se le escapaba una pequeña risa por ver las gamas combinadas que me pasaban por encima mes tras mes, y puede que en ese lugar haría lo mismo. Pero lo cierto es que no me sentía demasiado especial por sentir altos y bajos, dado que nunca dejé de saber que eso existía en todas las circunstancias, contextos y personas. No se trataba de aislarse para preguntarse el por qué de las cosas, para remarcar el "que hubiera pasado si" que tanto se nos escapa de la boca, para consolidar cierta rivalidad conmigo misma cuestionándo mis pasos erróneos o mis decisiones cargadas de inseguridad.  Lo único que me inquieta de los altos, bajos y de inclusive toparme con la nada misma se remite a la incomprensión, a la exclusión del tiempo. Es imposible adaptarse a las transiciones, pero cuando uno se sale de sus situaciones rutinarias usualmente no se siente cómodo con nada y sigue formulando preguntas estúpidas sobre por qué existen cambios tan bruscos. Contrariedad absoluta de la cual nadie se podría liberar en ninguna etapa de su vida, o quizá sí, pero siempre están presentes esas intenciones indiscriminadas de querer investigar las razones de las cosas, desmenuzar hechos y jugar a saber sobre la profundidad de todo.
 El caso es que no sé reconocer bien los comienzos, o muy por el contrario, termino anticipándome a todo tipo de hechos reconociéndo la modificación de mis actitudes, y, entre otras cosas, debe ser por ese motivo que ando queriendo saber a qué se debe pasar de la monotonía mezclada con días lúgubres, momentos de insomio, a la obsesión torpe, pequeña pero aún así desmedida, descomprendida porque aún se está gestando. Suena idiota, porque tal vez en una semana retire todo lo escrito y argumente  que no sucede nada...pero  no sé.
 Supongo que la clave es no mal acostumbrarse. Habría que aprender a lidiar con lo más oscuro y con los momentos más cargados de alegría. Alterno a toda risa, llanto, carcajada  descontrolada, sensación de estrés, siempre hay que saber lo efímero que puede resultar todo.

1 comentario:

  1. Los cambios de la vida suelen ser bruscos, mas a tu edad. Hoy se me ocurrió una frase; "Ama tus imperfecciones sobre todas las cosas". Hace tiempo llevaba una vida oscura, aún hoy tal vez lo siga siendo, pero de a poco trato de afrontar la vida con la vista en alto, partiendo desde lo profundo de mi ser, tratando de mejorarlo día a día. No te arrepientas de nada, ni siquiera de haber perdido el tiempo.

    ResponderEliminar

Cansada de remar donde no hay agua.