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jueves, 4 de abril de 2013


Ya no existís en el tacto, en lo constante, en la rutina, en lo predecible, en las alegrías espontáneas, en las risas. No figurás en el aire, no te gusta aparecer en el ambiente, no sos conmigo, no estás en las charlas de todos los días, en la ley que implica verte y sentir como si todo fuese más liviano. Dejaste tu huella pero no te mantuviste más en muchos aspectos, en muchas cotidianidades...cuando tan sólo hace unos meses eras totalmente parte de cada raye, rose o mirada durante mis días. Aún no siendo participe de tanto, y aunque esto me provoque una pena profunda en el pecho cada vez que lo pienso, seguís puesto en mis escritos, en mis memorias, en mis nostalgias, en mis desvelos; provocador de mis idas y vueltas, mis dudas y escacés de certezas, mis fantasías, en la inocencia que sigue queriendo creer irrealidades cuando el paso del tiempo sigue pinsando fuerte por encima de mi cabeza, en muchas de las lágrimas que derramo, en ataques repentinos nerviosos que cuentan una por una las incógnitas presentes en mi vida. Probablemente, hoy por hoy no seas parte de muchas cosas positivas en mi vida, más que en esas sonrisas alimentadas de una ilusión que dura algunos minutos y luego se va. Con una sinceridad que me duele en el alma, admito que representás lo oscuro que se tornó todo durante este tiempo, que encuentro tanto en vos pero  no sacás nada porque no tenés ni un poco de interés en hacerlo conmigo. ¡Porque sí! El gusto te lo encuentro siempre, sino no estaría escribiendo líneas y líneas sobre vos frecuentemente, pero a veces no estoy segura de qué me ata a éste tipo de situaciones, ya no comprendo si se trata de mi dependencia propia, la que desarrollé por meses y meses, si es una obsesión, una cuenta pendiente, algo inconcluso que se tiene que saldar, una grieta de resentimiento que se oculta entre el amor y los sucesos pasados, un sentimiento cargado de pureza e inocencia, una credibilidad mezclada con una pobre esperanza baqueteada, un conjunto de emociones malinterpretadas, una necesidad enorme, gigante, desmedida, que sobre pasa todo, el anhelo jamás concretado…bueno, un sinfín de posibilidades recorren mi mente, y no descarto la opción de que tenga que ver con mucho de lo que mencioné, pero de todos modos, jamás se sabe con certeza, y el no saber las cosas en su totalidad ni comprender sus cambios suele traer consecuencias insoportables de lidiar. Uno se vuelve más gris si no encuentra respuestas, pero no de esas inmediatas con las que nos encaprichamos, de esas que precisamos para seguir adelante. Aunque, a decir verdad, sé que tengo muchas dudas y no sé exactamente qué tipo de respuestas busco…suelo tener una mínima idea, pero luego todo lo que creo saber se derrumba. Debe ser mi culpa encontrarme varada de un momento así. No estoy desorbitada por acciones ajenas, más bien por el camino que tomé por más claras que fueron las cosas en su momento, aunque sabía sobre lo que venía, aunque mis conocimientos sobre la gravedad de las cosas no fallaban. Es impredecible…las reacciones lo son.
Nadie decide por mí, ni yo decido por nadie, entonces…

2 comentarios:

  1. cuando alguien es parte de todo, y termina siendo parte de nada.
    muy lindo nena. quiera o no me siento identificada en tus palabras, más que nada en las primeras lineas.
    ¿alguna vez escribiremos algo lindo y nos identificaremos con ello? siempre sensaciones lastimeras..
    besos grandes!

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    1. Jaja, gracias!♥ Escribiré cosas más positivas cuando me sienta mejor, pero realmente me cuesta hacerlo cuando estoy alegre, es más fácil expresar lo negativo a veces, pero ya lo haré, y espero que vos te sientas identificada.

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Cansada de remar donde no hay agua.