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domingo, 13 de enero de 2013


  El paso del tiempo pega de distintas maneras, y yo me encuentro parada en cosas similares a las de siempre pero con más confusiones acumuladas. Mi cabeza suele ser un mar de palabras. Unas amontonadas encima de otras, mezcladas, mal dichas, mal interpretadas, otras totalmente reprimidas. Algunas me resuenan en la cabeza porque gritan, otras sólo quieren pasar desapercibidas. Puedo ignorarlas o no, pero siempre están ahí, ellas me dicen algo que no puedo entender, o a veces están más confundidas que yo. Algunas sensaciones vienen tan asociadas a esas palabras, que no tengo que analizarlo dos veces: ésta sensación le corresponde a ésta oración. Existen, pasan, son efímeras, permanentes...uno nunca sabe, pero estoy sumamente segura de el efecto que me puede provocar. Son tan fuertes, algunas hasta irrefutables. Siempre que alguna situación se presenta, cuando una persona empieza a ser distinta, cuando mi al rededor comienza a cambiar en determinado sentido, las palabras comienzan a fluir por distintos lados de mi mente casi sin que me de cuenta. Son escurridizas, y yo no entiendo cómo logran dejarme en un estado in-entendible cuando se trata de mis propios adentros y mis situaciones internas. Aunque también podría no otorgarles tanto poder...tengo que admitir que muchas de ellas tienen un gran valor porque yo misma decido cederles ese enorme significado. Porque, como ya dije, hay muchas que, sin querer, pasan desapercibidas.
 Así son las palabras internas.

2 comentarios:

  1. Uy, te entiendo tanto. Me pasa constantemente.

    Un beso!

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  2. La lucha más difícil, es la lucha interna. Todos pasamos por ellas, pero siempre rescatamos un final, ojalá siempre tuviéramos las cosas claras, pero la vida no es simple, y para vivirla, tenemos que empezar aclarando nuestro interior, armonizándolo.

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Cansada de remar donde no hay agua.