Hot.

Calor de mierda que me desconcentra y no me deja escribir bien. Lo odio tanto. O sea, ¿por qué carajo me tengo que levantar con ese calor de mierda? Es sofocante. Y estamos en primavera... ¡primavera! Qué cagada. Prefiero tirarme del balcón antes que seguir soportando este calor por tres meses más, les juro.
La verdad es que no sé bien de qué vine a hablar acá. Solamente tengo ganas de encerrarme en una heladera, escribir y comer helados. Pero no se puede. Sólo puedo escribir. Y andá a saber sobre qué.
Tenía ganas de hablar de lo insignificante que me siento. O de las ganas que tengo de ir a Starbucks y tomarme un súper frapuccino. O las ganas que tengo de volver a Carlos Paz y olvidarme de la mierda de Bs As. O, no sé, de lo idiota que es la gente que cambia tan fácilmente de opinión. La verdad es que quiero hablar de millones y millones de cosas. Y quiero entrar a fondo en cada una de ellas. Y quiero cambiar el teclado este de mierda porque me tiene absolutamente harta. Bueno, no, sinceramente, el teclado no tenía nada que ver, pero era necesario decirlo. En fin, ya que tengo tantas ganas de café me tomo uno con crema, pero no de starbucks porque no voy, porque no puedo, porque, no sé. ¿Ven? Ni sé lo que digo.


Buah, basta, hablemos de algo en serio. 
¿No les gusta tener la casa para ustedes? Yo lo amo. Lastima que el pete de mi hermano nunca sale. NUNCA. Hace un año que no sale de noche, o vá a dormir a lo de sus amigos. Y después me dice enferma a mí. Ja ja ja. Please, yo me cortaba, seré una loca, pero vos sos un vicio de la computadora, pelotudo.
En fin, mi vieja toca hoy, como de costumbre, y tengo la casa CASI para mí. Ya que, como siempre, el groso de Sebastián no se digna a ver la luz de la luna (¿qué?).
Cagame la noche nomás.




Chau, me voy, este calor no me deja escribir tranqui. 
Que tengan lindo saturday. Portense bien. Mentira, hagan lo que se les cante. Viva la pepa. Jiu jiu jiu. 












(14 días y la puta madre que me parió)