.


martes, 9 de noviembre de 2010







Adicta. Quizás a tu sonrisa. Quizás a tus palabras. Quizás a tus abrazos. Quizás a tu mirada. Quizás a tu ternura. Quizás a tu alma. O quizás sea todo tu ser el que me embriaga de amor, el que me empalaga con tanta dulzura; el que me convierte en una adicta. Quizás sea el hecho de conocerte en sí, que me vuelva tan adicta. Quizás sea adicta a sentirme como me hacés sentir. Quizás sea adicta a los pensamientos que provocás en mí. Quizás adicta, simplemente. adicta. 
Y quiero, y necesito sólo de vos. Y sueño sólo con vos. Y eso me hace más adicta
Las ilusiones me hacen adicta. Tu nada, tu vacío, o lo lleno que estás. Tu mirada, la paz y la calma que le transmitís a mi ser hacen que sea adicta. Lo profundo de tus ojos y las ganas de vivir el día a día que me dás me hacen adicta. Lo sincero y lo comprensivo me hacen adicta. Tu sencillés y tu facilidad para hacerme sonreír me hacen adicta. Tu preocupación y tu apoyo me hacen adicta. La felicidad que me dás me hace adicta. La facilidad que tenés para hacerme sentir querida me hace adicta. 
Y quizás sí, sea adicta a vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.