.


domingo, 19 de septiembre de 2010

No sé como empezar. Quizás porque hace un rato me levanté y sigo un tanto dormida; no sé. 


Después de tener un "buen" plan para ayer, y hacerlo, me terminé enterando de algo que me dolió. Bah, no sé. O sea, ¿cómo explicarlo por acá sin hacer obvia la situación? Bueno, no sé. La cuestión es que alguien me evitó -por así decirlo- y me dolió. No lloré, no. Creo que porque a la una de la madrugada es difícil sacarme un par de lágrimas. Pero, sí me puse mal, y me desesperé. 
Así que tuve la idea que nunca tuve: cuando Karina se vaya, iba a ir arriba, a la terraza, y me iba a quedar pensando, hablando sola, cantando, mirando el cielo, y todo lo que se me antoje hacer. Y lo hice. Y qué bien se sintió. Me senté en el borde, y me quedé mirando el cielo, y pensando boludeces. 
No, pánico no me dió. Un poquito de impresión, cuando dejé de ver el cielo, que quedé tildada, y de toque ví para abajo. Pero fué hermoso. Fué muy lindo. 
Era el viento, yo, el cielo, y nada más. Era el lugar perfecto para despejarse cuando tenés días caóticos. Así que creo que lo voy a hacer más seguido. Lo único que falta es mi mp4, que no me anda más (nota mental: ahorrar para un nuevo mp4), y que como buena idiota que soy, tengo las estúpidas esperanzas de que un buen hombre va a poder arreglar mi bendito mp4. Pero no, en el fondo sé que es un delirio.
Así que hoy sigo dolida, amargada, con mal humor. Es domingo, no sé si tengo tarea, y eso me pone de más mal humor. No sé qué mierda es de él, ni porqué me evita. No sé absolutamente nada, y hoy quiero transportarme a otro mundo, porque, últimamente, mis días son decepción tras decepción.
Qué mierda, ¿no? Yo que pensaba que me estaba empezando a ir mejor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.