.


sábado, 5 de junio de 2010

Te conocí un día de enero con la luna en mi nariz. Y como vi que eras sincero en tus ojos me perdí. Que torpe distracción, y que dulce sensación. Y ahora que andamos por el mundo, como Eneas y Benitin. Ya te encontré varios rasguños que te hicieron por ahí. Pero mi loco amor es tu mejor doctor. Voy a curarte el alma en duelo, voy a dejarte como nuevo, y todo va a pasar. Pronto verás el Sol brillar. Tu más que nadie mereces ser feliz.
Ya vas a ver como van sanando poco a poco tus heridas. Ya vas a ver, como va la misma vida a decantar la sal que sobra en el mar.
Y aunque hayas sido un extranjero hasta en tu propio país, si yo te digo ¿como dices? tú me dices ¿qué decís? Y lloras de emoción oyendo un bandoneón
Y aunque parescas despistado, con ese caminar pausado, conozco la razón que hace doler tu corazón, por eso quise hacerte ésta canción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.