.


lunes, 21 de junio de 2010

No sé que me da más deseos de cambiar... a él, o a mí. A él por su completa indiferencia, por el poder que tiene sobre mí, por la forma en la que me ilusiona, por como me hace bien y mal, por como me alegra el día o me lo ennegrece por completo. Y a mí por lo ilusa que soy, lo fácil que me convencen de algo. Supongo que no pienso en nada cuando empiezo a soñar despierta con una pequeña esperanza un tanto viva de que todo será como quiero, como deseo. ¡Por favor! ¡Wake up! ésta es la vida real, y acá el irrealismo NO EXISTE. No puedo pretender que mis sueños y fantasías se vayan a realizar como por arte de magia. Es lo más patético que oí, que ví, y que sentí en mi vida. Por que no existen sueños cumplidos, Malena, no podés ser tan tonta, tan ingenua, tan ilusa como para creer que podés lograr causarle algo a alguien. Tu esencia está muerta, y pretendés ser algo en la vida de alguien. 
Y sí... lo entendí perfecto: estoy condenada a la desilusión, estoy esclavizada a mis malditas ilusiones, a mis fantasías de cristal, que no dejan de ser más que un insulso sueño que nunca se va a cumplir. Esto me provoca unas enormes ganas de irme bien lejos y olvidarme de algunos momentos, cosas, palabras, gestos, olores, y esas porquerías que te recuerdan a alguien. Borrar cada instante que me traiga dolor y melancolía.
No hay nadie que me complemente, que me complete, que me haga sentir completamente viva. Sólo hay una persona que me hace felíz y que me desconectá del caos de este mundo de porquería, y ese es mi hermano, que, por desgracia y por que la vida es demasiado injusta, vive a cuarenta y cinco minutos de acá, y nunca lo veo por... por problemas patéticos y absurdos que no deberían impedir esto. Pero bueno, quizá mi destino sea este... bah, ¿qué destino? yo creé esto, acá no vino un "destino" a crear mi camino, lo creo yo misma día a día, con las pavadas que digo y hago, con mis ilusiones, mis lágrimas, mi amor, con todo lo que hago, digo y siento. Y soy lo suficientemente tonta y ridícula como para no lograr ningún proyecto ni sueño que me proponga. Pero así soy yo, ese es mi mecanismo de vida, esta es mi forma de ser. Acá estoy: amando, soñando, esperando, queriendo algo, más allá de las abrumadoras circunstancias acá estoy, esperando un poco de amor y de consideración. Por que nada me detiene con mis inalcanzables e irreales sueños, por que es lo que más defiendo, por que es lo que me hace sentir viva,  y siempre saca alguna esperanza escondida dentro de mí. 
No espero milagro, todo queda en mí, en mis ganas de ser y de estar. Todo queda en entender quien soy, y como soy, en respetarme y valorarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.