.


domingo, 27 de junio de 2010

Hoy es de esos días en los que siento en que las cosas no me salieron como esperaba, quería y planeaba. Donde de estar sonriendo termine en la cama llorando durante treinta minutos.
No puedo sentirme de otra manera. La idea de que nada me sale bien me asusta y me vuelve loca. El saber que algunos no me entienden en mi dolor, que no saben lo que es estar en esto, me duele mucho. Me duele verme, estar en esta casa hasta que pueda conseguir un trabajo más o menos decente y tenga el dinero suficiente para conseguirme un departamente decente. Me siento encarselada, y fuera de lugar. Esclavizada a este mundo de porquería que me atormenta. Anclada en un mismo pensamiento y en mis no-ganas de estar. Aferrada a un sentimiento, a mis ilusiones que hacen que la caida a la realidad sea más dolorosa de lo que suele ser. Todo lo veo con mala cara. Nunca puedo sentirme del todo confiada. No puedo trabajar mis problemas y mis pensamientos demoniacos, no puedo. Simplemente no puedo estar bien por mucho tiempo. No puedo no sentir adentro miedo de que todo termine. No puedo dejar esto. Me siento enceguesida y nublada, fuera de órbita. Siento que caí en un pozo profundo, y nadie se dió cuenta. Nadie escucha mis gritos de auxilio. Siento pena, frío, dolor, soledad, miedo. Siento todo eso que nunca me imaginé que iba a sentir. Por que cuando era chica, me veía como una chica feliz y normal, que disfrutaba de la vida y la pasaba bien sin preocuparse demasiado por todo. Por que me imaginaba que me iba a ir bien con el amor, con mi familia. Por que nunca me imaginé que me sentiría tan paranóica y tan miedosa. Por que nunca me imaginé que iba a terminar en esto. En estas ganas de querer irme de aca, de borrar gran parte de los recuerdos que hay en mi cabeza. Por que sabía que me iba a arrepentir de algunas cosas, pero no de tantas. Ahora siento que ando vagando por la vida, sin lugar, ni destino. No tengo a donde ir, mientras todos saben cual es su camino. Todos pueden decir que la fuerza y la voluntad está, pero yo no la siento. No me siento gratificada, ni bien. Siempre que estoy estable, tengo miedo de terminar destruída, así que lloro de ante mano. Todo es una porquería. No me siento confortable,  ni con ganas de nada. Sólo quiero teletransportarme a un lugar donde sólo me acompañe mi soledad y me olvide de todo. De que este mundo se cae a pedazos, de que dependo de los comentarios de todo el mundo, de que vivo en lágrimas. De que no puedo ni siquiera llorar en voz alta, de que reprimo miles de pensamientos y no puedo dejar de hacerlo. Todo se torna una porquería. Todo se me hace más difícil, y no puedo controlar mi desquicio.






...Alejarme, sería lo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.