.


jueves, 6 de mayo de 2010

Lloro, de impotencia, de bronca, de desesperación, de lo confundida que estoy. Lloro de nada y por nada. Me agarran ataques de preocupación, de desesperación. Llego a no saber cómo controlarme, no sé medir ni lo que digo, no sé qué siento, cómo calmarme, cómo estar bien, a donde ir, a quién recurrir. Y llegan momentos en los que me siento en completa soledad, aislada de absolutamente todo, sin gente a mi lado, creyendo que soy un peso para todos, que en cualquier momento voy a ser rechazada.
No estoy bien, no me siento en control, en armonía. No hay paz al rededor. Me siento llena de nada, completamente vacía. No le encuentro el porqué a mi presencia en  determinado lugar con determinada persona. Perdida, así me siento yo. Sin saber cómo actuar y estar, sin saber en quién confiar, sin saber lo terrible que puede ser mi estado de ánimo si sigo tan ilucionada. No sé porqué, soy demasiado soñador, y eso me perjudica mucho.Cada vez que me desiluciono termino teniendo la peor semana de mi vida, con dolor, desesperación, pensando que nadie me quiere, que soy ridícula y patética, pensando que soy inútil, que no sirvo, que no vale la pena que esté donde estoy. Me siento inservible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cansada de remar donde no hay agua.