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viernes, 26 de marzo de 2010

Ver el tiempo pasar, pararse a hacer nada. A vivir de la manera en la que el resto quiere. Soñar por más destrucción que halla al rededor. Llorar, morir silenciosamente. Querer ser y no poder. Privarse de la libertad, que ellos te priven de la libertad. Buscar la perfección en lo imperfecto, y tener la estúpida y absurda gracia que contenta a la gente que te rodea.
Un sentimiento más que llega a tu alma y a tu corazón, que busca refujio en tu
interior porque nadie se lo dió.
Otra alma perdida que te cruzas, que debes curar.
Decear y decear, intentar e intentar, para luego darse cuenta de que nunca valió la pena,
nunca valió la pena soñar.
Las espranzas se quiebran después de tanto intentar, las iluciones desaparecen
porque no existe el motivo para ilucionarse.
Tu alma imperfecta pidió a gritos silenciosos ayuda.

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Cansada de remar donde no hay agua.