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jueves, 11 de febrero de 2010

Los sueños.

En los sueños no existe una única realidad...
hay miles de realidades, que nosotros mismos creamos a bace de lo que queremos y/o deceamos.
Siempre son una verdadera locura nuestros sueños: aparecemos en distintos lugares todo el tiempo, y no se sabe como llegamos allí. Hay personas, que pueden ser desconocidas, de toda la vida, o hasta nuestros enemigos. Es confuso, pero al fin y al cabo, son nuestros sueños.
Están las pesadillas, que a veces son realmente aterradoras, y no lo digo refiriendome a los monstruos, o fantasmas, si no a los hechos que suceden, y que podrian suceder en la vida real, las personas involucradas, el lugar donde sucede, cómo estamos allí nosotros mismos. A veces, las pesadillas cuentan con nuestro mayor miedo; puede ser el miedo a perder aquella persona, o cosa que tanto querés, o tener que vivir momentos que son realmente aterradores, a veces, hasta miedo a morir. Si se analiza la pesadilla, es todo aquello que no queremos que nos suceda. En cambio, los sueños, son todo lo contrario: son aquellas cosas que si queremos que sucedan. Pero en el medio, todo, siempre, es una verdadera confución. No entendemos como es que queremos que suceda tal cosa, si no es lo que queremos, o quizá sí, inconcientemente, sin darnos cuenta, es lo que realmente queremos que suceda.... como dije antes: los sueños son confusos, y nosotros nos confundimos por eso.

Los sueños sirven de muchas cosas... entre ellas, para enrriquecer las esperanzas, para ser optimista. Observar como se cumplió el sueño de otra persona puede llevarnos a querer cumplirlo, y hacerlo con muchas ganas. A veces, sucede lo contrario: nos tiramos abajo, sin ninguna esperanza. Eso, generalmente, suele suceder porque nos sucedió algo, una pérdida, una palabra de alguien, que nos tocó tanto, y terminamos pensando que eramos incapaces de lograrlo.

Los sueños sorprenden mucho; a veces, son repetidos, o muy similares. También, suelen suceder en lugares que no conocemos. Por eso mismo decía al principio, que son una verdadera locura.

Es felíz el que es rico en sueños. Por eso nunca hay que dejarse llevar por sucesos negativos, o por palabras desmotivadoras. Lo más importante es lo que pensemos nosotros de nosotros mismos, y si estamos bien con lo que pensamos y sentimos, entonces debemos seguir nuestro camino para cumplir el sueño.

No vá a ser un camino fácil, pero hay que acordarse que de esas malas experiencias, hay que extraer una enseñanza, y que cuando estemos en tiempos dificiles, lo que NO hay que hacer es rendirse.

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Cansada de remar donde no hay agua.