Hagamos lo que hagamos, nunca pasará, nunca volverá. Porque ahora es otro día y el ayer quedó en el pasado; porque ese incondicional e incomparable amor que nos tenian, no volverá, se irá, lejos, y nunca volverá . Y sí... es que las cosas pasan una vez, el tren pasa una vez: nos subimos, disfrutamos del camino, y terminamos en, a veces, la misma parada donde empezamos... ¿Y volverá el tren? Quien sabe... quizá con cosas y personas diferentes, quizá sea otro tren, que no nos traerá la misma alegría y el mismo amor que el anterior pero será un viaje, y habrá que disfrutar el camino y no esperar a llegar a la nueva parada: al final.
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Cansada de remar donde no hay agua.